jueves, 29 de enero de 2009

La Peregrinacion.


La Peregrinación o Hach es el quinto pilar del Islam, que los musulmanes han de realizar al menos una vez en la vida a la ciudad de Meca.
Al llegar a Meca, los musulmanes entran en el estado de consagración (ihram) y pasan a vestir una túnica blanca que llevarán hasta el final del Hach como símbolo de pureza. En esta concentración humana, que reúne unos dos o tres millones de personas cada año, todos los musulmanes se funden en una sola comunidad, con independencia de su raza, género o estatus social. "Hemos hecho de la Casa lugar de reunión y de refugio para los hombres" (2:125). El peregrino abandona todas las preocupaciones cotidianas y todas las cosas que le resultan más queridas, incluyendo el hogar, comodidades, riquezas, etc para pasar a un estadio de consagración espiritual a Dios, que le lleva a un profundo cambio interior.
El Hach y sus ritos fueron realizados por primera vez durante el período del Profeta Ibrahim (Abraham), que fue también quien construyó, junto con su hijo Ismail (Ismael), el templo de la Kaabah en Meca. "Y recuerda cuando mostramos a Ibrahim el sitio de la Casa: "¡No Me asocies nada! ¡Purifica Mi Casa para los que dan las vueltas y para los que están de pie, para los que se inclinan y prosternan!" (22:26).
Tras construir la Kaabah, el Profeta Ibrahim volvió a Meca a realizar la Peregrinación cada año y, después de su muerte, esta práctica fue continuada por Ismail. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, tanto la función de la Kaabah como los ritos de la Peregrinación fueron cambiando. La idolatría se extendió por Arabia y más de 360 ídolos fueron situados en el interior y exterior del templo. Sus muros quedaron cubiertos por pinturas y poemas.
De este modo, la población árabe abandonó las enseñanzas del Profeta Ibrahim. La Casa, que había sido construida para servir de centro de adoración al Dios Único, fue profanada por los paganos y sus ritos. Este estado de cosas continuó durante unos 2.500 años. Al final de ese tiempo, la súplica de Ibrahim fue respondida: "¡Señor! Haz surgir entre ellos a un Enviado de su estirpe que les recite Tus aleyas y les enseñe la Escritura y la Sabiduría y les purifique! Tú eres, ciertamente, el Poderoso, el Sabio" (2:129).
Un hombre llamado Muhammad ibn Abdullah nació en la misma ciudad en la que Ibrahim había hecho tal súplica muchos siglos antes. Durante 23 años, el Profeta Muhammad (saw) difundió el mensaje del Tauhid (Unidad de Dios), que era el mismo que el Profeta Ibrahim y el resto de los profetas habían traído. La victoria final del Profeta Muhammad fue liberar Meca del poder de los idólatras, y restituir a la Kaabah su primitiva pureza y convertirla en el centro universal de la adoración al Dios Único.
El Profeta no sólo limpió la Kaabah de sus impurezas, sino que también reinstauró los ritos del Hach que habían sido instituidos en el tiempo del Profeta Ibrahim. El Sagrado Corán incluye algunas instrucciones específicas para la realización de la Peregrinación, con el fin de eliminar todas las impurezas que se habían introducido en la misma durante el período preislámico. Así por ejemplo, el Libro señala que el peregrino "se abstendrá durante la Peregrinación del trato carnal, de cometer actos impíos y de discutir" (2:197).
Las competiciones organizadas entre los poetas paganos con el fin de exaltar la memoria de sus antepasados y los logros de sus respectivas tribus quedaron igualmente desechadas: "Cuando hayáis cumplido vuestros ritos, ¡recordad a Al-lah como recordáis a vuestros antepasados o con más fervor aún!" (2:200).
El sacrificio de animales comenzó a ser realizado con el único fin de buscar la satisfacción de Al-lah y no la fama o las alabanzas de la gente. "Entre las cosas sagradas de Al-lah os hemos incluido los camellos del sacrificio. Tenéis en ellos bien. ¡Mencionad, pues, el nombre de Al-lah sobre ellos cuando estén en fila! Y cuando yazcan sin vida, comed de ellos y alimentad al mendigo y al necesitado" (22:36).
La costumbre de esparcir la sangre de los animales sacrificados sobre los muros de la Kaabah y colgar de ellos su carne es asimismo rechazada en el Corán. "Al-lah no presta atención a su carne ni a su sangre, sino a vuestra piedad (taqua)" (22:37).
El Corán puso también fin a la práctica de los paganos de circunvalar la Kaabah en un estado de desnudez (creyendo que ésta simbolizaba la pureza). "Di: "¿Quién ha prohibido los adornos (es decir, las ropas) que Al-lah ha procurado a sus siervos y las cosas buenas de que os ha proveído?" (7:32).
Otra de las prácticas que el Corán prohíbe es la de llevar a cabo el Hach sin proveerse antes de los medios necesarios para realizar el viaje. En el período preislámico algunas personas que acudían a Meca para efectuar su Peregrinación mendigaban su sustento durante todo el viaje. Estas personas consideraban este comportamiento como un signo de piedad y una muestra de su fe en Al-lah. Sin embargo, Al-lah ha hecho de la posesión de suficientes medios para llevar a cabo el Hayy uno de los prerrequisitos para su realización. "¡Aprovisionaos! Sin embargo, la mejor provisión es la taqua" (2:197).
De este modo, todas las prácticas preislámicas, que estaban basadas en la ignorancia, fueron abolidas y el Hach fue convertido de nuevo en una manifestación de piedad, pureza, simplicidad y austeridad. Las manifestaciones de frivolidad y carnavalescas que existían con anterioridad a la revelación del Corán quedaron anuladas y el recuerdo de Al-lah pasó a ocupar de forma exclusiva la mente de los peregrinos. El Profeta Muhammad resaltó asimismo la importancia de la Peregrinación al señalar que "la recompensa por un Hayy aceptado (por Al-lah) es el Paraíso."